martes, 16 de marzo de 2010

"Sonia"

Un bote de pescar en plena pista, las letras de un nombre en él, “Caracol”, no bastan para que nos demos cuenta que detrás de la puerta del frente, en la calle Agustín Lozano en Chorrillos, se encuentra semi-escondido un lugar mágico que es capaz de ofrecerte millones de delicias marinas. Lo raro es que no cuenta con ningún cartel que diga “Cevichería Sonia” ni nada por el estilo, los que lo conocen simplemente lo conocen.

El restaurante “Sonia” nació hace veintinueve años, junto al morro, es ahí donde el pescador Freddy conoce a Sonia, se casan y forman una familia que hoy en día todos sus miembros participan en este maravilloso lugar. Es por esta tradición, por esta entrega y amor que “Sonia” no ha perdido su escencia, sus sabores y siempre se mantiene igual.

Este lugar es muy conocido por casi todos los chorrillanos, también por muchos políticos, artistas, periodistas y empresarios. Lo sé porque en una de sus paredes están enmarcadas la infinidad de fotos que los dueños se han tomado con todos los artistas que van a consumir.
Gastón Acurio lo tiene como su cevichería favorita.

A penas entras hay una entrada especial para discapacitados y otra entrada normal, un amable caballero vestido con camisa blanca y pantalón negro te da la bienvenida. Si tienes suerte encontrarás una mesa libre.

El local es muy chico para la gran cantidad de personas que asisten a él, eso talvez obliga al comenzal a llegar un poco más temprano o a hacer una reservación vía telefónica o vía e-mail.

Las paredes son rústicas, de ladrillos con algunos bambúes que sirven de soporte para que Freddy escriba una de sus milenarias frases, bollas, plantas, anzuelos, cañas y redes de pescar decoran los espacios vacíos y también una parte del techo está cubierto por una red.

Las mesas están estratégicamente ubicadas, cubiertas con manteles sencillos color blanco y unos cuadritos hechos con delgadas líneas verdes, sillas de paja y madera, algunas un poco inestables.

Una vez elegida tu mesa, uno de los mozos (todos hombres), vestidos de manera similar, con jean, camisa colorida y mandil negro, está ya listo con un posillo con canchita y la carta en mano, antes que te detengas a abrirla, él te da a conocer lo que Freddy y Sonia te recomiendan hoy, te recalca que los pescados son frescos, recién pescados en la mañana por el mismo Freddy.

Cuando abres la carta llega la indecisión, son tantas las opciones y todo se oye tan bien y al observar las otras mesas todo se ve tan rico que cualquier plato será el ideal. Eso sí los precios no están al alcance de todos pero vale la pena el esfuerzo.

Para empezar una “Ronda fría”, es un piqueo tradicional, una fuente redonda con cinco divisiones, ceviche de conchas negras, choritos a la chorrillana, tiradito de lenguado, ceviche mixto y pulpo al olivo con galletitas; un manjar verdaderamente placentero.

De plato de fondo un “Maretazo de Freddy” es una buena opción, rigatoni con salsa de langostinos, calamar y cojinova en salsa roja. Para acompañar un poco de pan de cortesía y un buen chilcano de pisco.

La atención es A1, los mozos trabajan hace muchos años ahí, aparte de cuando en cuando Sonia y Freddy se escapan de la cocina para ver si sus comensales están a gusto con lo que han pedido, se quedan conversando y riendo, ofrecen una atención realmente personalizada.

“Sonia” abre de lunes a domingo desde las once de la mañana hasta las cinco y media de la tarde.
Los sábados y domingos hay un acompañamiento musical, música criolla en vivo, con un grupo de veteranos que tocan la buena y verdadera música criolla de antaño, esto hace el ambiente más cálido aún.

Cuando sales del lugar quedas realmente satisfecho, como ya lo mencioné, no es un local que tenga finos y lujosos acabados, pero el ambiente y la calidad de la atención y de la comida te hacen sentir orgullo por el Perú, por sus manjares y por sus luchadores.

Es un lugar digno de recomendar.

Dirección: Agustín Lozano 173 Chorrillos

1 comentario:

  1. Deliciosa nota, te quedas con ganas de ir cuanto antes... el lugar sueña muy visiblemente marino... que delicia

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